Una tarde que muere dulcemente
en la semioscuridad de tu cuarto rosado,
unos ojos que te observan admirados,
pero no saben de amor,
esa pequeña bola de cristal
que dejas caer de tus manos,
Verónica,
para que en el suelo estalle
y te cree un mundo nuevo
de sensaciones,
tu piel tan dulce,
tu voz tan lejana,
una tarde que se confunde
en tu cuarto rosado...
y la ciudad
ha quedado encriptada
en las calles que circundan
tu morada,
cual princesa de mis cuentos,
estás aislada,
vencedora y vencida,
y yo te admiro
junto a ti sentada,
más no me siento enamorada,
hace mucho frío,
es demasiado tarde,
las manos no bailan,
tantas cosas!!
en la semioscuridad de tu cuarto rosado,
unos ojos que te observan admirados,
pero no saben de amor,
esa pequeña bola de cristal
que dejas caer de tus manos,
Verónica,
para que en el suelo estalle
y te cree un mundo nuevo
de sensaciones,
tu piel tan dulce,
tu voz tan lejana,
una tarde que se confunde
en tu cuarto rosado...
y la ciudad
ha quedado encriptada
en las calles que circundan
tu morada,
cual princesa de mis cuentos,
estás aislada,
vencedora y vencida,
y yo te admiro
junto a ti sentada,
más no me siento enamorada,
hace mucho frío,
es demasiado tarde,
las manos no bailan,
tantas cosas!!