Donde me dejaste.
Junto a una puerta,
mi espalda astillada,
la fibra metida en el hierro
para ser reja y arada: el dolor
en el temblor de mis piernas.
Mi blusa desabrochada,
las lágrimas por ella entraban
y recorrían el camino blanco
de los senos, escalofríos.
Y la gran oscuridad
que se me tiraba,
en una calle con rostro de fiera,
un barrio de tu ciudad,
a deshoras, perdida,
sin saber cual era el camino a casa.
Tras un beso helado, un cerrar los ojos.
Junto a una puerta,
mi espalda astillada,
la fibra metida en el hierro
para ser reja y arada: el dolor
en el temblor de mis piernas.
Mi blusa desabrochada,
las lágrimas por ella entraban
y recorrían el camino blanco
de los senos, escalofríos.
Y la gran oscuridad
que se me tiraba,
en una calle con rostro de fiera,
un barrio de tu ciudad,
a deshoras, perdida,
sin saber cual era el camino a casa.
Tras un beso helado, un cerrar los ojos.